Si estamos en un ascensor que cae, no debemos preocuparnos tanto por la velocidad, sino por la forma en la que recibimos el impacto.
Si en promedio cada piso de una edificación mide dos metros de altura y el ascensor que cae no cuenta con un sistema de emergencia (el cual por norma debería tener) alcanzará una velocidad peligrosa para la vida de los usuarios.
Uno de los mecanismos de emergencia que tienen los ascensores, es un resorte que recibe el peso de la cabina para aumentar el tiempo de colisión y reducir la fuerza del impacto. Si el ascensor no cuenta no este mecanismo, el tiempo de colisión disminuye haciendo que el impacto sea igual a un carro que se estrella contra un muro a 60 Km/h.
Una persona al estar dentro de un ascensor en las condiciones mencionadas se convierte en la misma masa de aceleración, haciendo que el impacto se multiplique tanto como la fuerza de la caída y al momento de frenar, esta fuerza es igual a la de reacción. Ahí es cuando el cuerpo sufre daños.
¿Cómo recibir el impacto?
Saltar: justo cuando el ascensor colisiona con el suelo, pero es difícil saber el momento del impacto y el salto puede no reducir la velocidad.
Flexionar las piernas: se reduce el tiempo de desaceleración y también el impacto, pero hay alta probabilidad sufrir fracturas y lesiones.
Recostarse en el suelo: la fuerza del impacto se distribuye a un área mayor, pero cuando estamos en un ascensor que cae, experimentamos ligereza y esto dificulta conseguir o mantener esta posición.
Es complicado recibir el impacto en un ascensor que no cuenta con sistemas de emergencia. Por lo tanto, lo ideal es que se tomen todas las medidas de seguridad para evitar que esto ocurra.
Fuente: EL TIEMPO